Es rica en nutrientes y anticuerpos para un desarrollo saludable.
Es más fácil de digerir para el bebé.
Reduce el riesgo de muerte súbita.
Fortalece el sistema inmunológico.
Reduce el riesgo de sufrir asma y alergias.
Protege contra infecciones.
El contacto físico ofrece mayor seguridad al bebé.
Contribuye a la salud y la recuperación de la madre luego del parto.
Reduce el riesgo de Diabetes tipo 2, ciertos tipos de cáncer de mama y de ovarios en la madre.
Facilita la recuperación del peso previo al embarazo.
Permite que el útero recupere más rápido su tamaño original.
Reduce el sangrado post parto.
Ayuda a prevenir la hipertensión, la osteoporosis, y los ataques cardíacos.
Fortalece el vínculo afectivo entre madre e hijo.
Por: Tania Mangual-Monzón, MS
Referencias:
Oficina de Salud de la Mujer, Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU.