La sordera se puede clasificar en función de diversos criterios. Dependiendo del momento de aparición, del tipo y del grado de las mismas las pérdidas auditivas pueden ser:
Según el momento de aparición del déficit auditivo, atendiendo a la adquisición del lenguaje:
Sordera Prelocutiva: la pérdida auditiva está presente antes de que se haya desarrollado el lenguaje (0 a 2 años).
Sordera Perilocultiva: la pérdida auditiva aparece entre el segundo y cuarto año.
Sordera Postlocutiva: la pérdida auditiva aparece cuando ya existe lenguaje, es decir, cuando las adquisiciones lingüísticas fundamentales están consolidadas.
Según la localización de la lesión:
De conducción o de transmisión: presentan alteraciones en la transmisión del sonido a través del oído externo y medio.
De percepción o Neurosensorial: son debidas a lesiones en el oído interno o en la vía nerviosa auditiva.
Mixta: Cuando existe al mismo tiempo una sordera la causa es conductiva y de percepción.
Según el grado de pérdida auditiva, atendiendo a la intensidad:
Pérdidas leves: el umbral de audición está situado entre (20 y 40 dB).
Pérdidas medias: la pérdida auditiva se encuentra entre (41 y 70 dB).
Pérdidas severas: la pérdida auditiva se sitúa entre los (71 y 90 dB).
Pérdidas profundas: en este caso la pérdida auditiva supera los 90 dB y se sitúa entre (91-100 dB).
Fuente: aspasvalencia.com