Parece probable que la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por su sigla en inglés) permita a los estadounidenses cambiar de vacuna cuando elijan una dosis de refuerzo contra la COVID-19.
A continuación, las respuestas a algunas de las preguntas comunes sobre las dosis de refuerzo combinadas.
¿Qué tiene de distinto combinar vacunas?
Las inmunizaciones suelen consistir de dos o más dosis de la misma vacuna. Por ejemplo, la vacuna de Moderna se administra en dos inyecciones idénticas de ARNm, con cuatro semanas de separación.
Una dosis doble puede crear mucha más protección contra la enfermedad que una sola inyección. La primera dosis hace que las células B del sistema inmunitario producen anticuerpos contra un patógeno. Otras células inmunitarias, llamadas células T, desarrollan la capacidad de reconocer y eliminar las células infectadas.
La segunda inyección amplifica esa respuesta. Las células B y T dedicadas a combatir el virus se multiplican en un número mucho mayor. También desarrollan atacantes más potentes contra el enemigo.
En los últimos años, algunos investigadores de vacunas han experimentado con el cambio de una vacuna a otra para la segunda dosis. Esta estrategia se conoce técnicamente como refuerzo heterólogo.
La pandemia estimuló la investigación de esta posibilidad. Una de las primeras vacunas heterólogas de refuerzo autorizadas para cualquier enfermedad es la vacuna Sputnik V, desarrollada el año pasado por investigadores rusos para prevenir la COVID-19. Utiliza dos adenovirus diferentes para administrar las proteínas del coronavirus, que el sistema inmunitario ataca a continuación. La primera dosis contiene un adenovirus llamado Ad5 y la segunda, otro llamado Ad26.
¿Por qué podría ser mejor combinar?
Los científicos sospechan desde hace tiempo que los refuerzos heterólogos a veces funcionan mejor que dos dosis idénticas. A los diseñadores de la vacuna Sputnik V les preocupaba que la primera inyección de Ad5 creará anticuerpos no solo contra las proteínas del coronavirus que administraba, sino también contra el propio Ad5. Una segunda dosis de Ad5 podría ser eliminada por el sistema inmunitario de las personas antes de que pudiera aumentar la protección contra la COVID-19.
Los estudios en vacunas experimentales contra el VIH también sugieren que la mezcla de vacunas podría crear una respuesta más amplia y potente que varias dosis de una sola vacuna. Los distintos tipos de vacunas estimulan el sistema inmunitario de manera diferente, y el cambio entre dos vacunas podría ofrecer a las personas lo mejor de ambos mundos.
La pandemia dio a los científicos nuevas oportunidades para probar esa idea. Cuando la vacuna de AstraZeneca fue aplicada rápidamente en Europa, quedó claro que los receptores más jóvenes corren un riesgo pequeño pero real de desarrollar coágulos de sangre. A los jóvenes que ya habían recibido una dosis de AstraZeneca se les ofreció una segunda dosis de Pfizer-BioNTech.
Las dos vacunas son profundamente diferentes. La formulación de AstraZeneca se basa en un adenovirus de chimpancé. Pfizer y BioNTech fabrican su vacuna con ARNm. Cuando los investigadores analizaron la respuesta inmunitaria de este cebador heterólogo, descubrieron que producía más anticuerpos que dos inyecciones de AstraZeneca.
En Reino Unido se realizó un ensayo más amplio con 830 voluntarios. Los investigadores administraron dos dosis de vacunas AstraZeneca a algunos de los voluntarios, dos inyecciones de Pfizer-BioNTech a otros y una mezcla al resto. No encontraron ninguna evidencia preocupante de que el refuerzo heterólogo de la vacuna causara efectos secundarios peligrosos. (Aun así, en su informe, publicado el mes pasado, los científicos británicos advirtieron que su estudio era demasiado pequeño para detectar problemas poco frecuentes).
La opción de mezclar y combinar podría ofrecer flexibilidad para salvar vidas en un mundo en el que las vacunas contra la COVID-19 siguen siendo desesperadamente escasas. Si los suministros se agotaran antes de que la gente recibiera una segunda dosis, podrían cambiar a otra vacuna y seguir obteniendo una fuerte inmunidad contra el coronavirus.
Fuente: nytimes.com