Tras un infarto hay que mantener una vida tranquila pero eso no significa sentarse y no hacer nada. Al contrario: el ejercicio físico es fundamental para recuperar la calidad de vida y sobre todo para prevenir un segundo infarto.
Las enfermedades del corazón son la primera causa de muerte en el mundo, por detrás de los accidentes de tráfico o el cáncer. En España, las muertes por episodios cardiacos suponen casi el 30% de todas las defunciones que se producen al año.
Si atendemos sólo a los infartos de miocardio, podemos afirmar que en la población española, unas 50.000 personas tienen cada año un infarto. Los datos aseguran que si has tenido un primer infarto, tienes altas probabilidades de tener un segundo.
Cómo prevenir un segundo infarto
Tras un infarto hay que seguir unas pautas para cuidarse y evitar que se repita.
- Adoptar hábitos saludables. Los tres pilares fundamentales son: llevar una dieta sana y equilibrada, practicar ejercicio físico de forma regular y abandonar el tabaco, si el paciente fuma.
- Seguir de forma correcta el tratamiento farmacológico, algo que en España, sólo cumple el 50% de los pacientes con problemas cardiovasculares.
Pero sobre todo es fundamental, una vez que el paciente haya sido dado de alta en el hospital, acudir a un programa de Rehabilitación Cardiaca.
La rehabilitación cardíaca
«La rehabilitación cardiaca no sólo mejora la calidad de vida sino la supervivencia, hasta un 27%», afirma el Dr. Abeytua. Es algo que, además, aconsejan todas las sociedades científicas.
Si en algunos sitios (hospitales) estos programas no están lo suficientemente desarrollado, habría que implementarlos», añade el doctor. Es fundamental para la recuperación de la persona tras el infarto, y sobre todo para prevenir un segundo.
Según apunta la Fundación Española del Corazón, los beneficios de hacer rehabilitación cardiaca son:
- Reducción de la mortalidad por enfermedad coronaria de en torno al 20-25%.
- Tasas de mortalidad menores, de hasta un 21 a un 34%, si se hace rehabilitación cardiaca en comparación con los pacientes que no hacen rehabilitación.
- Mejora en la calidad de vida de los pacientes
- Mejoría en el control de los factores de riesgo de los pacientes cardiovasculares.
Cómo hacer ejercicio físico
El especialista es quien debe pautar cuál será el mejor tipo de ejercicio, intensidad y ritmo.
Por regla general, toda persona después de un infarto puede y debe hacer ejercicio físico. Obviamente el grado depende de lo grave que haya sido el infarto: de cómo sigue la fuerza de bombeo del corazón y de si aún quedan algunas arterias coronarias obstruidas.
Por ello, y según indica la Fundación Española del Corazón: «Si su corazón después del infarto tiene una fuerza de bombeo normal y tiene ‘abiertas’ todas las arterias de su corazón, no existe contraindicación para la realización de ejercicio físico».
Fuente: sabervivirtv.com