Puede ser una estrategia efectiva para recordar algunas cosas ya que ejercitamos nuestras vías auditivas para formar enlaces de memoria.
Siempre se ha enfatizado la lectura como una buena herramienta para mejorar el acento, ampliar el vocabulario y la práctica general del idioma. Además, leer en voz alta puede ser una estrategia efectiva para recordar las cosas.
Cuando leemos, estamos ejercitando nuestras vías visuales para formar enlaces de memoria: recordamos las cosas porque fue algo que vimos. Las personas que tienen memoria fotográfica son extraordinariamente buenas para realizar este tipo de conexiones de memoria. Para el resto de individuos, depender únicamente de la memoria visual puede dejar muchas lagunas, por lo que debemos buscar otras formas de recordar las cosas.
Al leer en voz alta formamos enlaces auditivos en nuestras vías de memoria. Recordamos lo que dijimos hablando, por lo que no sólo formamos enlaces visuales, sino también auditivos. El doble efecto de hablar y escucharnos a nosotros mismos ayuda a codificar, significativamente, la memoria con mucha más fuerza.
En una investigación publicada en la revista Memory, se encuentra la evidencia de que leer en voz alta nos hace recordar mejor. En el estudio se asignaron dos grupos de estudiantes: unos leerían en voz alta y la otra mitad en silencio. El propósito era averiguar qué grupo de personas memorizaban mejor las listas y ¿el resultado? Los participantes que habían leído en voz alta recordaron más palabras en comparación a las personas que leyeron en silencio.
Recurrimos al recuerdo auditivo de nuestra propia voz
Los hallazgos sugieren que la producción de palabras es memorizable porque incluye un componente distintivo y autorreferencial. Esto bien puede ser la base de por qué ensayar antes de una exposición o un examen puede ayudar a recordar todo lo estudiado. Cuando llega el momento de recuperar la información, recurrimos al recuerdo de nuestra propia voz.
Sin embargo, este fenómeno no tiene ningún efecto cuando estudiamos en voz alta el día antes del examen. ¿A qué se debe esto? La razón es simple y llana. Leer sin categorizar, hacer preguntas y hacer conexiones no ayuda a organizar esa información en tu cerebro. Si no hay conexiones, no hay nada que anclar en tu memoria. Además, ¿no preferirías entender lo que estás leyendo en lugar de memorizarlo con calzador para un examen y olvidarlo más tarde?
Fuente: ecodiario.eleconomista.es