¿Qué es la tuberculosis?
Es una enfermedad infecciosa. La causa es una bacteria: el bacilo Mycobacterium Tuberculosis. Sigue siendo una enfermedad frecuente. Produce la muerte de millones de personas en todo el mundo.
Puede afectar a cualquier parte de nuestro cuerpo. Sobre todo, al aparato respiratorio (pulmones, bronquios, laringe). Estas formas son, además, las más contagiosas.
¿Es una enfermedad contagiosa?
Sí, lo es.
Se contagia sobre todo por vía respiratoria. Cuando un enfermo tose, respira o estornuda elimina bacilos. Estos pueden ser inhalados y llegar así a los pulmones de otras personas.
Hay más riesgo si el contacto es cercano. O cuando pasan mucho tiempo con él en su casa, en la escuela y otros ambientes cerrados.
¿Qué se hace con los familiares?
Siempre hay que estudiar a todos los que comparten o han compartido espacio y tiempo con el enfermo y ver que no estén contagiados. Incluso aunque no tengan síntomas y estén aparentemente sanos.
¿Qué pasa cuando estamos en contacto con algún enfermo?
Hay 3 posibilidades:
- Que haya habido contacto con el enfermo pero los bacilos no alcanzan a la persona sana. Las pruebas diagnósticas que se hagan serán normales. Es lo que se llama: Exposición
- Que tras el contacto con el enfermo, los bacilos tuberculosos alcancen los pulmones de la persona sana. Pero aun así, estén controlados y no lleguen a producir enfermedad. Estas personas no tendrán ningún síntoma pero sí se alterará alguna prueba diagnóstica. Estaremos ante un caso de Infección
- La Enfermedad se producirá cuando los bacilos causen daños al contagiado. Habrá síntomas. Y las pruebas diagnósticas se alterarán.
¿Cómo se diagnostica a un paciente?
El diagnóstico puede ser muy difícil. Se puede confundir con otras enfermedades. Incluso puede que no haya síntomas.
Se realizan varias pruebas. Entre otras, la reacción de Mantoux o ‘prueba de la tuberculina’ y una radiografía de tórax. A veces habrá que hacer otras (como IGRAS, TAC o cultivos de secreciones respiratorias o digestivas). En ocasiones se tendrán que repetir porque pueden tardar varias semanas en alterarse.
¿Qué quiere decir que la infección tuberculosa está «latente»?
Es cuando los bacilos tuberculosos no están activos. Permanecen como ‘adormilados’. La persona no tiene ningún síntoma. Estos pacientes no pueden contagiar la tuberculosis. Pero, si no se tratan adecuadamente, los bacilos pueden ‘despertar’ y causar la enfermedad incluso años después. Estas personas tienen una reacción de Mantoux positiva y una radiografía de tórax normal.
¿Por qué es importante saber que hay una infección «latente»?
Porque en algunas circunstancias, por ejemplo, disminución de defensas, los bacilos pueden reactivarse o extenderse. Y entonces se enfermará. Aparecerán síntomas y alteraciones en las radiografías o en otras pruebas diagnósticas.
¿Quién tiene más facilidad para pasar de infección a enfermedad?
– Los niños; sobre todo los más pequeños. Que son los que, además, pueden tener las enfermedades más graves (meningitis, etc).
– También tienen más facilidad los que tienen disminuidas sus defensas por diferentes causas (enfermedades crónicas, malnutrición, algunos tratamientos, etc)
¿Por qué tratar a las personas que tienen una infección «latente»?
Para evitar que progrese a enfermedad.
¿Qué debe hacerse cuando se diagnostica una situación de infección tuberculosa «latente»?
En general se da un tratamiento para evitar que progrese a enfermedad. Pero a veces los profesionales sanitarios que atienden al niño pueden decidir otra actitud.
Es importante saber quién contagió al niño y como se trató esa persona.
Los tratamientos son largos. Duran meses y son difíciles de aceptar. Sobre todo porque el niño no tiene síntomas.
Pero hay que saber el gran riesgo que supone para los niños, sobre todo los más pequeños, no hacer el tratamiento correctamente. Si no se logra prevenir la enfermedad tuberculosa, ésta puede tener efectos catastróficos sobre la vida del niño o secuelas permanentes muy graves.
Fuente: http://www.familiaysalud.es