Hoy en día se considera normal que un bebé nazca un poco antes o un poco después de la fecha estimada, aunque lo ideal es que la duración media de un embarazo sea de 40 semanas contadas desde el primer día de la última menstruación.
Anteriormente, un caso de nacimiento prematuro era una causa importante de muerte infantil. Se desconocía qué cuidados necesitaban los bebés nacidos en estas circunstancias, y las técnicas médicas eran escasas.
En la actualidad, la supervivencia de los bebés prematuros es cada vez mayor. Según los datos de las últimas estadísticas, de todos los bebés que nacen, incluso en la semana 28, el 80 por ciento sobrevive.
Características comunes de los bebés prematuros
- Bajo peso al nacer, es decir con menos de 5.5 libras
- Piel lisa, delgada, brillante, casi translúcida
- Piel transparente, a través de la cual se pueden apreciar fácilmente algunas venas
- Cartílago del oído suave y flexible
- Presencia de vello (lanugo) en el cuerpo
- Baja temperatura corporal
- Frecuencia respiratoria rápida
- Llanto débil
- Débil succión y deglución
- Clítoris agrandado, en las niñas
- Escroto pequeño y desprovisto de pliegues, en los niños.
La prematuridad del bebé
Cuando se habla de un parto prematuro, se establecen las medidas necesarias para brindar los cuidados apropiados al bebé y a la madre. La evaluación inmediata del bebé es el primer paso para establecer sus necesidades.
Por lo general, los bebés prematuros son incapaces de coordinar la succión y la deglución antes de la semana 34 de gestación y necesitan ser alimentados por sonda hasta recibir leche materna.
Dependiendo del grado de prematuridad del bebé, es posible que no comience a respirar inmediatamente después de su nacimiento o que su esfuerzo respiratorio sea inadecuado para la expansión torácica y la oxigenación corporal, con lo cual deberá recibir el apoyo y la asistencia necesaria para que supere esta deficiencia.
Fuente: guiainfantil.com