Es frecuente que los padres pregunten, cuándo deben traer a la consulta a sus hijos pequeños.

Se recomienda hacer la primera visita al ortodoncista en torno a los seis años, evitando retrasarla más allá de los siete años de edad, momento en el que erupcionan los primeros molares permanentes y se establece la estructura básica de la mordida. A edades tan tempranas es muy probable que no sea necesario tratamiento de ortodoncia ni ortopédico, pero sí una detección precoz de malformaciones esqueléticas y dentarias que puedan interferir en el crecimiento normal del niño.

En muchas ocasiones vemos a los pacientes por primera vez cuando están finalizando con el recambio dentario y favorablemente en muchos casos esto no supone ningún problema, pero en otros hemos perdido un tiempo valioso para rehabilitar una alteración en las funciones relacionadas con el sistema estomatognático como la respiración, la dicción, la masticación o la deglución, o reconducir una alteración en el crecimiento de los maxilares.

Es muy conocida la expresión “la función hace la forma”, y durante el crecimiento y desarrollo de los maxilares muchas veces se convierte en realidad. Una función respiratoria alterada puede fomentar un crecimiento desequilibrado que termine en una mala oclusión.

La edad adecuada para tratar las maloclusiones varía según el tipo de problema y su gravedad. Por lo tanto, es aconsejable consultar al ortodoncista tan pronto se descubra una anomalía. De todas formas se recomienda que, se detecte o no un problema, se lleve a los niños a una revisión por el ortodoncista al menos a los seis años.

Fuente: clinicadentalbarrutia.com