El cáncer del cuello del útero o cáncer cervical se origina en las células que revisten el cuello uterino, la parte inferior del útero (matriz). Según la Sociedad Americana del Cáncer, este cáncer puede ser detectado en sus etapas iniciales, y en ocasiones hasta puede prevenirse por completo mediante las pruebas de Papanicolaou y la prueba del virus de papiloma humano (VPH) al realizarlas periódicamente.
Aunque no existe una forma única para prevenir el cáncer cervical, se conocen algunos factores que pueden contribuir a reducir la probabilidad de contraerlo. Por ejemplo:
- Mantener un peso saludable.
- Realizar actividad física.
- No fumar.
- Realizarse la prueba del VPH.
- Vacunarse contra el VPH.
- Usar un condón al tener relaciones sexuales.
- Limitar el número de parejas sexuales.
Si tienes dudas sobre la frecuencia para realizarte las pruebas para detectar el cáncer del cuello uterino es importante que lo hables con tu médico. Aprovecha y discute sobre los factores de riesgo que puedas tener. Algunas mujeres con cáncer de cuello uterino en etapa temprana usualmente no presentan síntomas. Los síntomas no comienzan hasta que un cáncer se torna invasivo y crece hacia el tejido adyacente. Cuando esto ocurre los síntomas más comunes son:
- Cambios en el sangrado de la menstruación.
- Flujo vaginal inusual.
- Malestar en el área pélvica.
- Dolor o sangrado luego de las relaciones sexuales.
Estas señales y síntomas también pueden ser causadas por otras condiciones que no son de cáncer de cuello uterino. Sin embargo, es importante que visites tu médico de inmediato. Ignorar los síntomas puede permitir que el cáncer se desarrolle a una etapa más avanzada y que se reduzcan las probabilidades de un tratamiento eficaz. Aclara tus dudas, consulta con tu médico para realizarte las pruebas y no esperes más.
Por: Tania Mangual-Monzón, MS, BHE
Fuente: Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades / Sociedad Americana del Cáncer