El trastorno del espectro autista o TEA es una gama de trastornos complejos del neurodesarrollo, caracterizado por impedimentos sociales, dificultades a la hora de comunicar, y patrones de conducta estereotípicos, restringidos y repetitivos.
El autismo es la forma más grave de TEA, mientras que otras afecciones a lo largo del espectro incluyen una forma más leve conocida como síndrome de Asperger y otra serie de trastornos como el síndrome de Rett, el trastorno de desintegración infantil y el trastorno generalizado del desarrollo no especificado (generalmente conocido como PDD-NOS).
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), “las personas con autismo tienen menos dificultades en los sectores relacionados con la memoria rutinaria o con habilidades espacio-visuales que en aquellos que exigen habilidades simbólicas o lingüísticas”.
Causas
Es un trastorno que se encuentra ligado a una biología y una química anormales en el cerebro, pero se desconocen las causas exactas de esta patología. Es probable que se produzca una combinación de factores que llevan a que se presente trastorno del espectro autista (TEA). Esta afección puede ser hereditaria en algunos tipos de familias y puede tener relación con determinados genes que se ven involucrados.
Algunos investigadores creen que el daño a una región concreta del cerebro, denominada amígdala, podría llegar a estar implicado. Otros, por el contrario, investigan si la enfermedad puede estar relacionada con un virus que puede desencadenar los síntomas.
En cuanto a las suposiciones sobre que algunas vacunas pueden causar el TEA, hasta ahora los estudios no han encontrado indicios ni conexiones que lo confirmen.
Cuáles son los Síntomas
Normalmente los síntomas suelen detectarse por los padres en los primeros 18 meses de vida y los especialistas que tratan a estos niños lo suelen apreciar en un plazo de dos años. Los niños autistas se caracterizan por presentar problemas en las siguientes áreas:
- Mientras juegan.
- En sus interacciones sociales.
- En el ámbito de comunicación verbal o no verbal.
Algunos niños no presentan síntomas antes del primer o segundo año de edad y luego son víctimas de una regresión súbita que afecta a sus habilidades comunicativas o sociales, habilidades que habían adquirido anteriormente. Los síntomas del autismo pueden ir de moderados a graves. En términos generales, una persona con dicha afección puede:
- Ser muy sensible en cuanto a la vista, el oído, el tacto, el olfato o el gusto (por ejemplo, puede presentar angustia al tener que vestirse con ropa que al tacto resulte algo áspera).
- Experimentar un periodo de angustia cuando ve que sus rutinas han sido modificadas.
- Realizar movimientos corporales repetitivos.
- Mostrar un apego inusual por ciertos objetos.
Prevención
Debido al desconocimiento de las causas del autismo, en la actualidad es prácticamente imposible prevenir su aparición. No obstante, un diagnóstico precoz, tener conocimiento de la enfermedad y, sobre todo, un entorno familiar comprometido, que cuenten con la ayuda de los profesionales adecuados puede ayudar a prevenir el avance y cronificación de esta patología.
Diagnóstico
Los TEA pueden ser difíciles de diagnosticar, porque no existen pruebas médicas, como los análisis de sangre, que ayuden a confirmar estos trastornos. Para hacer un diagnóstico, los médicos evalúan la conducta del niño y su desarrollo.
A veces se pueden detectar a los 18 meses o antes. Hacia los dos años de edad, el diagnóstico que haga un especialista se puede considerar muy fiable. Sin embargo, muchos niños no reciben un diagnóstico definitivo sino hasta que tienen más edad. Este retraso significa que hay niños con TEA que no reciben la ayuda que necesitan.
El diagnóstico de los TEA se hace en dos etapas:
Otros datos
- Aunque TEA varía significativamente en carácter y gravedad, se produce en todos los grupos étnicos y socioeconómicos y afecta a todos los grupos etarios.
- Los expertos calculan que tres de cada 1,000 niños sufrirán de TEA. Los varones tienen cuatro veces más probabilidades de tener TEA que las mujeres.
- Algunos trastornos emocionales, como el trastorno bipolar, se producen más frecuentemente que el promedio en las familias de las personas con TEA.
Fuente: cuidateplus.com