La muerte súbita, suceda donde suceda, es una detención del corazón en un individuo que se consideraba sano antes del evento. Es decir que no hay una enfermedad, en primera instancia, que justifique el problema. Como veremos ahora, una vez que se estudian los pacientes con detenimiento, resulta que sí hay algo de fondo.
Causas de la muerte súbita deportiva
Al final del proceso, la muerte súbita, en el deporte o fuera de él, se desencadena por una arritmia que es la fibrilación ventricular. En esta condición, la parte baja del corazón (los ventrículos) late de manera desordenada y el órgano es incapaz de enviar la sangre a los tejidos.
Las placas de ateroma resultaron ser la causa primaria en la mayoría de los pacientes estudiados tras sufrir un evento. Consiste en la acumulación de coágulos adheridos a las arterias, formados por células sanguíneas, plaquetas, tejido fibroso y colesterol.
Se sospecha que, al realizar un esfuerzo deportivo, la placa de ateroma se rompe y obstruye la circulación de manera brusca. Cuando está localizada en las arterias coronarias, que son las que irrigan al corazón, le cortan el suministro de oxígeno y nutrientes hasta causar una necrosis celular, que es la muerte de las células.
En menor medida, hay causas hereditarias que no se pueden prevenir en relación a la muerte súbita en el deporte. De todas maneras, como veremos más adelante, se pueden detectar a tiempo con un electrocardiograma muchas veces.
Son dos las formas más conocidas desde la genética:
- Miocardiopatía arritmogénica: las células del corazón se van degenerando y se convierten de músculo a grasa. A la larga, esas zonas cardíacas pierden funcionalidad y presentan arritmias a repetición, en especial durante el esfuerzo.
- Hipertrofia: en estos pacientes, la pared del corazón aumenta de tamaño de manera progresiva, por lo que cada vez es más difícil que la sangre salga de los ventrículos para distribuirse por el cuerpo. Cuando se alcanza el punto tope, sucede la muerte súbita.
¿Cómo prevenir la muerte súbita en el deporte?
Al saber sus causas y sus formas de presentación, vale plantearse cómo prevenir la muerte súbita en el deporte. Y la primera respuesta que surge, casi de inmediato, es la realización de un examen físico con electrocardiograma para todos los atletas.
Lo cierto es que, en términos legales, muchos países lo exigen para certificar actividades federadas o profesionales, pero hay discusión científica sobre su valor en este campo. En el caso de la genética y la herencia, la prueba podría ayudar, pero las placas de ateroma no dan signos eléctricos.
Por eso, en la actualidad se habla de un reconocimiento médico global que incluya más elementos y no solo el electrocardiograma. Una buena exploración física con laboratorios acordes a la edad y la solicitud de un método complementario especial si así lo amerita la sospecha.
Recuerda que las placas de ateroma son más frecuentes a mayor edad, pero no se detectan con facilidad. Por otro lado, aplican las mismas recomendaciones para los deportistas que para la población general en lo que se refiere a factores de riesgo. De este modo, hay que considerar lo siguiente:
- Controlar la obesidad.
- Regular los niveles de presión arterial y glucemia.
- Disminuir el colesterol malo.
- Seguir una dieta saludable.
- Evitar alcohol y tabaco.
Fuente: https://mejorconsalud.as.com