El tema de los seguros puede ser tan complicado de entender para muchos como el proceso de la fotosíntesis, pero no tiene por qué ser así.
Cuando se trata de la compra de un automóvil, es práctica común de muchos consumidores visitar más de un concesionario, buscar en Internet y consultar con amistades antes de tomar la decisión.
Sin embargo, no ponemos similar empeño para adquirir el seguro. Todo el que tenga un automóvil o esté por comprar uno debería indagar, no solo sobre los modelos que consumen menos gasolina, el motor más potente o las mejores ofertas de financiamiento, sino también qué le ofrecen las aseguradoras en cuanto a primas, cobertura y precios.
Como primer paso, pide referencias a amigos y familiares sobre las aseguradoras que han utilizado y cómo han sido sus experiencias, sobre todo al momento de haber hecho una reclamación.
Luego, llama a tres o cuatro compañías de seguro para indagar sobre las coberturas de riesgo y sus precios. La diferencia entre unas y otras podría ser sustancial. Toma en cuenta los extras que incluyen algunas, como servicio de emergencia en la carretera para cambio de gomas y de cerrajería cuando la llave se queda dentro del auto, entre otros.
Esos extras a veces hacen una gran diferencia. Puedes llamar también a agentes independientes de seguro para indagar sobre el tipo de cubierta que deseas. Lo importante es que la firma que escojas sea confiable y tenga buena reputación en la industria.
¿Sabía que el tipo de automóvil que escojas podría aumentar el costo de la prima? Es que, para efectos de las aseguradoras, no es lo mismo comprar un auto compacto, que un camión o un carro deportivo.
El uso que se le dará al vehículo condiciona también el costo del seguro, y hasta el lugar donde lo estaciones podría ayudarle a reducir o inflarlo.
Fuente: doctorshoper.com