Tomarse un vinito tinto acompañado de viandas echa un cable con el control del peso. ¿A que nunca lo hubierais pensado? Pues sí, impide la formación de nuevas células de grasa.
Quizá alguna vez has optado por no comer para poder tomarte una copa de vino bien a gusto. Pues bien, debemos decirte que te has equivocado. El vino tinto, acompañado de comida, contribuye a la pérdida de peso. Se han unido sus conclusiones sobre qué tipo de vino es mejor para la salud y cómo se debe consumir para obtener todos los beneficios que aporta. Dependiendo del tipo de vino y de cómo se consuma repercutirá mejor en nuestra salud.
La relación entre el vino y el aumento de peso se aborda a menudo. El aporte calórico del vino, como bebida alcohólica, es alto; se trata del nutriente con mayor densidad calórica (7 kilocalorías por gramo), después de las grasas, y es superior a los hidratos de carbono y las proteínas. Pero el vino tinto, a diferencia del blanco, posee una propiedad muy especial: activa un gen que impide la formación de nuevas células de grasa y, al mismo tiempo, estimula las existentes para depurarlas gradualmente, eliminándolas de nuestro cuerpo. Así contribuye a la pérdida de peso siempre que se tome durante las comidas. La Dra. Chinchertru añade que, como bebida alcohólica, también es la más indicada para elevar los niveles de ácidos grasos omega 3.
Independientemente del tipo de vino que se tome, el consumo recomendado oscila entre una o dos copas al día, pero siempre acompañadas de alimentos. Se ha especulado con que tomar un vaso de vino tinto en la cena es el mejor momento del día para su consumo, debido a que sus propiedades vasodilatadoras disminuyen posibles eventos cardiovasculares nocturnos. Pero Chinchertru apunta que “lo verdaderamente cierto es que, ya sea en el almuerzo o en la cena, el vino siempre resulta más beneficioso tomándolo acompañado de alimentos debido a su efecto hipoglucémico”.
Fuente: antena3.com