Si hay un tratamiento que viene utilizándose con éxito desde tiempos remotos es, sin duda alguna, la fangoterapia. En el antiguo Egipto ya se aprovechaban las propiedades de barros, fangos y arcillas para curar heridas, golpes e incluso inflamaciones de órganos como el riñón, el hígado o el estómago. Hoy en día, el uso de estos elementos tiene un propósito más bien estético y cosmético, ya que sus propiedades contribuyen a tener una piel más radiante.
Es muy importante diferenciar entre fango y arcilla. Aunque se trata de dos tipos de barro, la arcilla se obtiene de la tierra, mientras el fango proviene del fondo del mar o de los manantiales. Son muy parecidos pero con ciertos matices ya que el fango posee una mayor cantidad de oligoelementos y por tanto sus propiedades y usos son mayores.
¿Quieres conocer sus bondades?
- El fango termal posee magnesio, cobre, zinc y silicio, grandes regeneradores celulares y encargados de reactivar la formación de elastina y colágeno. Por lo tanto, su uso es ideal para fortalecer y tensar el cutis, además de ser un estupendo regenerador celular y eliminar las toxinas alojadas debajo de la piel.
- Al igual que la arcilla, otra de sus grandes propiedades es la eliminación de los excesos de grasa. Debido a los minerales que posee y su gran propiedad de absorción, la fangoterapia es un excelente tratamiento para pieles grasas propensas al acné, limpiando los poros en profundidad.
- Esta terapia también mejora y estimula la circulación sanguínea, tonifica y reafirma. Por estas propiedades es utilizada en ocasiones contra la celulitis.
- Dependiendo de la temperatura en que se aplique, podemos obtener distintos tratamientos. Por ejemplo, el fango utilizado a 45º es un excelente tratamiento para lesiones óseas, artritis o reuma, mientras que utilizado a 35º reactiva la circulación, relaja y tonifica los músculos.
- Los fangos, parafangos y arcillas se utilizan también en el tratamiento de reumatismos crónicos, lesiones articulares que cursan con procesos inflamatorios, dolores de espalda, e incluso como un medio de preparación para la aplicación posterior de terapias manuales.
- Se pueden utilizar como una técnica refleja aplicando calor localizado en la raíz nerviosa origen del segmento corporal que queremos tratar.
- Como todas las técnicas de termoterapia, los fangos y arcillas se usan como un medio para elevar la temperatura corporal y curar inflamaciones, particularmente en el cuello, los hombros y la espalda.
- Los fangos de piedra volcánica se usan tal cual o mezclados con parafinas u otras substancias que les confieren la densidad adecuada para su manejo en el tratamiento de lesiones musculares, pero también en temas estéticos. Los tratamientos se realizan diariamente y en periodos de tiempo de entre 15 y 40 minutos.
Recurre a las bondades de la fangoterapia para lucir una piel bella, no sin antes realizar una prueba se sensibilidad.
Fuente: salud180.com