1. Pensar en las necesidades.
No es lo mismo un seguro para el automóvil que para proteger la salud. Cada uno tiene unas características concretas y debemos reflexionar y valorar los riesgos que queremos proteger. La póliza y la prima, que es el importe que se paga periódicamente, dependerá de la elección que se haga.
2. Todo por escrito.
El contrato debe recoger todo lo pactado con la aseguradora. Es conveniente, como siempre, leer la letra pequeña y preguntar al asesor o intermediario las dudas. Este documento es fundamental porque recoge los derechos y las obligaciones de cada una de las partes.
3. Conocer las opiniones de los clientes.
Las redes sociales permiten conocer de forma directa la experiencia de los clientes. La mayoría de las aseguradoras mantiene una importante actividad diaria en Facebook y Twitter. Es un modo de conocer las inquietudes, quejas o alabanzas de las personas que ya han utilizado sus servicios.
4. El precio no debe ser la única razón.
El sector lanza campañas promocionales a lo largo del año con el objetivo de ganar cuota de mercado. Pero el precio o los regalos no deben ser las únicas razones que nos motiven a tomar una decisión. A veces lo barato sale caro. Hay que prestar mucha atención a la cobertura ofrecida y la calidad del servicio.
5. Estudiar la compañía.
Cada compañía tiene una serie de asociados, ya sean talleres, empresas de reparación o cerrajería, clínicas veterinarias y centros médicos privados, entre otros. Cuando se elige la póliza, también se está eligiendo este tipo de servicios.
6. Cobertura geográfica.
Los imprevistos pueden surgir en cualquier momento y lugar. La póliza más completa dispondrá de cobertura geográfica amplia. Una hospitalización en el extranjero durante un viaje puede salir muy cara si no se tiene seguro o este no la cubre.
7. Atención al cliente.
El cliente es una pieza clave en la transformación que está teniendo el sector. La aseguradora debe tener un trato directo y emplear un lenguaje sencillo. Además, tiene que poner al alcance del usuario cualquier herramienta necesaria para subsanar de forma inmediata y simple sus inquietudes. Los canales de comunicación online son claves.
8. Ojo con la carencia.
La carencia es el tiempo que transcurre desde que entra en vigor la póliza y el día en el que se puede hacer uso de las coberturas. En los seguros privados es donde más carencia hay, ya que no se pueden utilizar algunos servicios médicos hasta que no transcurre un periodo concreto. Es una forma de evitar que un paciente resuelva un problema puntual y luego se dé de baja.
9. Derechos y obligaciones del tomador.
El cliente tiene derecho a que la aseguradora responda en caso de necesidad. Pero también tiene una serie de obligaciones como pagar la prima o comunicar el siniestro en un plazo determinado.
10. Renovación.
El cliente debe avisar con antelación si no quiere renovar la póliza. Quizá sea el momento de buscar una mejor oferta.
Fuente: 20minutos.es